Nos guste más o menos, la Navidad está cada vez más cerca, y seguro que muchos hemos empezando ya a preparar las típicas cenas entre compañeros de trabajo y amigos. Cenas en las que en muchas ocasiones, coincidimos con gente a la que vemos todos los días, pero en un contexto mucho más informal, y propicio para deshiinbirnos, siempre también con alcohol de por medio.
Esto puedo suponer un peligro si tenemos pareja, puesto que en muchas de estas cenas se tienden a dar situaciones morbosas con ese compañero o compañera que siempre nos ha tirado los trastos, y que puede acabar en infidelidad con nuestra pareja.
Y es que las cenas de Navidad, sobre todo las del trabajo, son el marco perfecto para liberar esos deseos carnales que tratamos de mantener ocultos durante todo el año, ya sea porque sabemos que no nos conviene desatarlos con alguien del trabajo, o porque simple y llanamente tenemos pareja, y una cosa es fijarse en esa compañera o compañero de trabajo tan atractivo, y otra diferente es acabar liándonos con él o ella, a espaldas de nuestra pareja.
Esto no significa que no debamos beber en este tipo de fiestas, o divertirnos junto a nuestros compañeros. Y si no tenemos ningún tipo de atadura emocional, puede ser el momento perfecto para «atacar» e intentar seducir a quien más nos guste en la oficina. Pero si lo que queremos en conservar nuestra pareja, debemos saber estar y mantenernos lo suficientemente sobrios como para no cometer ese tipo de locuras, de las que luego seguramente nos arrepintamos.
La fiesta y sobre todo el alcohol en exceso pueden hacernos sentir más libres, y llevarnos a tomar una mala decisión, aún sin pensarlo o ser muy conscientes de ello. Por eso es mejor tratar de no pasarse
de la ralla y beber lo justo para estar contentos y alegres durante toda la noche. Y no sucumbir a la tentación, por fuerte que sea, si queremos conservar a nuestra pareja.
