Enamorarse es algo hermoso, una de las mejores cosas que nos pueden pasar, siempre y cuando sepamos llevar ese sentimiento a la siguiente fase. Dependiendo de las experiencias que hayamos tenido, enamorarnos significa pasión, felicidad o dolor y frustración, al no ser correspondidos. Hemos de saber sobrellevar esa sensación de enamoramiento y aprender de los errores del pasado para convertirla en algo totalmente beneficioso para nosotros, ya que es un arma de doble filo. Ante todo, debemos entender que se trata de la primera fase de una relación, que no siempre va a ser así y que puede no terminar tal y como nosotros queremos.
El enamoramiento, con sus partes malas, que también las tiene, como el sufrimiento posterior a consecuencia de una ruptura, celos o desengaños amorosos, se ha mostrado no obstante como uno de los mejores remedios para los males del cuerpo y del alma. Estar enamorado es un chute de positivismo que nos hace ver la vida de otra manera, mucho más enérgica, nos da ilusión por todo lo que emprendemos y nos permite seguir creciendo como personas desde una posición óptima para ser mejores cada día. El compartir nuestra vida con otra persona, sentirnos apreciados y queridos, es un gran antídoto contra todos los males físicos y mentales que podemos sufrir.
Pero no solo es un buen método para aliviar los males de la mente, sino también del resto del cuerpo. Se ha demostrado que el enamoramiento es beneficioso para nuestro corazón, literalmente, porque resta peligro de padecer enfermedades coronarias. Así mismo, el sentimiento de felicidad y de sentirse querido y apoyado es esencial para que cualquier persona pueda superar más rápidamente y mejor cualquier enfermedad que tenga un periodo de recuperación largo, desde lesiones por accidentes a enfermedades más graves como el cáncer. El estar enamorado puede ser una buen remedio para este tipo de males, algo que nos espolée y ayude a salir adelante.
