La época más intensa en una relación es el comienzo, cuando la sola idea de ver a la otra persona te dibuja una sonrisa en la cara y te hace sentir ese cosquilleo tan especial. Encontrarte con la persona de la que estás enamorado/a hace que todo lo demás permanezca en un segundo plano. Es por ese estado de bendita enajenación que hacemos cosas que, en circunstancias normales, no haríamos. En parte, de ahí proviene el dicho popular que afirma que “el amor es ciego”. El enamoramiento causa una ceguera que tapa los defectos de la otra persona y no nos deja ver más allá de nuestra pareja. Pero ese subidón dura lo que dura. Y según varios estudios y encuestas esa pasión dura unos tres años. ¿Y después qué? Que esa pasión vaya menguando es normal, pero no podemos permitir que la llama de la pasión se extinga. Para evitarlo deberemos poner de nuestra parte.
Romped la rutina
Nada mata más la pasión que la rutina. Repetir una y otra vez todas las costumbres, todos los días, todas las semanas, terminará creando un estado de aburrimiento que asociaremos a nuestra pareja. Cambiad las costumbres. ¡No hay nada como las sorpresas!
Haced cosas por separado
Las parejas que lo hacen todo juntos están muy anticuadas. Por mucho que os queráis, las dos partes necesitáis vuestro espacio. Separarte un poco de la persona a la que quieres hará que tengáis más ganas de volver a veros. No está de más que cada uno busque actividades y amigos con los que quedar sin necesidad de tener que compartirlo con el otro. Salir solos, ir al cine e, incluso, hacer un viaje con otras personas ayudará a fortalecer los lazos de la pareja y a mejorar la pasión.
Buen aspecto
Uno de los peligros latentes de las parejas es el de dejarse llevar. Son muchas las personas que, al tener pareja, descuidan su aspecto físico y engordan demasiado y no intentan mantenerse atractivos para la otra persona. Esto es un error. No se trata de estar obsesionado con la imagen, pero sí de cuidarse.
En la cama, innovación
La rutina no puede, por supuesto, adueñarse de las relaciones sexuales. Varía los lugares donde practicar sexo con tu pareja. Hazlo en lugares “alocados” como unos probadores. Cambia las posturas, los ritmos, las horas. Empieza a utilizar juguetes sexuales. ¡Inventad y divertidos!
¿Tres son multitud?
Los más atrevidos pueden introducir un tercer elemento en las relaciones sexuales. El sexo es importante en las relaciones, pero no deja de ser sexo. No hay que darle tanta importancia. Si desligamos el acto sexual del concepto arcaico de la posesión del otro, podemos llegar a disfrutar con un trío o con un intercambio de parejas.
Para los que no tienen con quién hacerlo o para los más vergonzosos existen chicas de compañía independientes –escorts– en internet con las que poder hacer tríos –también lésbicos- sin el miedo al qué dirán. Una búsqueda en la red, por ejemplo, escort Sevilla –o simplemente teclea el nombre de la ciudad en la que te encuentres- y podrás dar con muchas chicas españolas, sevillanas, madrileñas o de otros lugares que os permitirán vivir un lujo de experiencia que seguro que fortalece vuestra pareja.
Hay que buscar alternativas dentro de la pareja. Hoy en día tenemos muchas opciones para mejorar la relación. Creo que el estrés y la depresión son las enfermedades del siglo 21 e influyen negativamente en nuestras relaciones sentimentales sin que lo percibamos.