Lo afirma Boris Dittrich, impulsor en Holanda de las leyes de casamiento y adopción por gays.
Asegura que «las parejas homosexuales pueden ser mejores padres que las heterosexuales». Y ataca el mito absurdo que dice que los chicos criados por homosexuales también lo serán.
Boris Dittrich fue miembro del Parlamento holandés e impulsor de las leyes de casamiento y adopción por parejas homosexuales, que entraron en vigor en 2001. Así, el hombre que impuso la igualdad de derechos por primera vez en el mundo, está en Buenos Aires para hablar sobre los derechos homosexuales en Argentina.
Según Dittrich, nuestro país no estaría tan mal parado en esta materia: «Ya hay leyes que hablan de la igualdad de derechos, y además, el año pasado Argentina firmó en las Naciones Unidas la Declaración de Yogyakarta». En esa Declaración figuran los principios sobre la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos en relación con la orientación sexual y la identidad de género. Igual, aclara, se reunió con los miembros de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) para hablar de los Códigos de Faltas que aún están vigentes en diez provincias y que criminalizan a los homosexuales y a las personas trans.
El hombre, director de políticas de la organización internacional de derechos humanos Human Rights Watch, habla con Clarín en un hotel porteño donde se hace la Reunión de Altas Autoridades de Derechos Humanos del Mercosur. «El Inadi tiene estadísticas que el 70 % de los argentinos apoyaría el matrimonio entre homosexuales», dice y enfatiza que existe la unión civil entre homosexuales: «Así empezamos en Holanda, y luego llegó el matrimonio».
Al igual que en la Argentina, parece que en Holanda el matrimonio también está en decadencia. «Pero cuando se aprobaron estas leyes, en 2001, subió la cantidad de matrimonios,
y no fue sólo por los homosexuales, sino por los heterosexuales también.». Cuenta que hay 4.000 matrimonios anuales de parejas homosexuales (mitad y mitad de gays y lesbianas), pero que el porcentaje sigue siendo muy bajo en el total. También explica que ya hubo divorcios entre homosexuales, claro: «Como todo el mundo, se pelean, discuten, se separan».
El otro gran tema es que las parejas homosexuales puedan tener hijos. La ley holandesa permite la adopción. «Las parejas homosexuales tienen las mismas posibilidades que las heterosexuales. El juez no se fija en eso sino en lo mejor para el niño». Dittrich explica que en Holanda hay 25.000 chicos con padres homosexuales: «Se hicieron muchas investigaciones para saber cómo se sienten estos chicos. Y los resultados son claros. Se sienten muy felices y están muy contentos con sus padres». Si el hijo lo tiene naturalmente uno de los miembros de la pareja, el otro puede adoptarlo para ser el padre.
«Todos esos chicos dicen que tienen más afecto y más atención que muchos hijos de padres heterosexuales. Estoy convencido de que eso tiene que ver con que las parejas de dos mujeres y las de dos hombres piensan muchísimo el tema del hijo, si tienen plata, si tienen ganas, si tienen energía. Es una decisión muy consciente. En cambio en las parejas heterosexuales es algo más automático», dice.
Dittrich -52 años, gay, casado, sin hijos- admite que si bien la política y la Justicia holandesa no discrimina, la sociedad aún sí. Y pide viagra fast no prescription que por favor la gente borre de su cabeza la idea que si un chico tiene un padre homosexual, va a ser homosexual: «La orientación sexual no es una elección. Está en los genes».
Fuente Diario Clarin