Los regalos son muestras de cariño que nos hacemos en fechas señaladas, ya sea para cubrir necesidades de la persona que
los recibe, o simplemente por ver la cara de ilusión que pone al abrirlos. Los regalos en la pareja pueden tener el significado y el peso específico dentro de la misma que ellos decidan. Hay parejas que no se hacen regalos, y otros que constántemente están regalándose cosas. No hay que caer en la idea que querer «comprar» a nuestra pareja a base de regalos, simplemente hacerlos cuando el corazón nos lo pida.
A la hora de regalarle algo a nuestra pareja, deberíamos tener la mitad del camino hecho, ya que se supone que conocemos sus gustos a conciencia, y sabemos de sobra que puede gustarle y que no. Pero no basta con hacer un regalo que le guste, sino que también debe sorprenderle, que sea algo que no espere, pero que le alegre. Incluso puede ser algo (un disco, un libro) que desconoce, y que a partir de ahí comience a gustarle ese estilo.
Para las mujeres, los regalos como rosas, perfumes o cajas de bombones son infalibles, pero están ya muy vistos, y no sorprenden nada. Es más, muchas mujeres pueden sentirse incluso desilusionadas al recibirlo, esperando algo más grandilocuentes. Ellas prefieren más sorpresas, antes que un valor seguro. En cambio, para los hombres, de gustos más «primitivos», cualquier regalo que entre dentro de sus gustos será más que bienvenido, desde camisetas de su equipo favorito de deportes a películas o discos de música.
Debemos tener muy en cuenta los gustos de nuestra pareja para hacerle el regalo, y esforzarnos en sorprenderla, pero también es necesario entender que, sea lo que sea lo que le regalemos, le encantará, porque viene de la persona a la que quiere. Así que tampoco hay que obsesionarse demasiado con los regalos, y aunque debemos gastar tiempo y esfuerzo en buscar algo bonito y original, no debemos salirnos de madre, ni siquiera con el precio.