Conseguir que una pareja se mantenga estable y que la relación dure durante mucho tiempo no es sencillo, como ya podréis saber. A veces el amor parece acabarse, otras veces es la pasión la que se va, y la rutina convierte lo que antes era romántico en un suplicio. Esta es una de las razones más comunes para que una pareja rompa. Pero al igual que el amor, la ruptura tampoco tiene porque ser eterna. Siempre podemos darnos una segunda oportunidad, siempre que haya sentimientos entre las dos personas, para la reconciliación.
Darnos una segunda
oportunidad con nuestra pareja puede ser la mejor decisión que tomemos en nuestra vida, ya que una reconciliación puede unirnos más aún de lo que antes lo estábamos. Pero tampoco es fácil reconciliarse, sobre todo si pensamos que toda la culpa la tiene el otro y no queremos hacer autocrítica. Aquí te dejamos algunos consejos para que puedas reconciliarte con éxito con tu pareja:
- Lo primero de todo es ser honesto. Entender porque se produjo la ruptura, aceptar que seguramente la culpa fue de ambas, y no de uno solo, y hablar sobre el tema con la otra persona, sin malos modos, tratando de entenderla aunque no compartamos su postura.
- La comunicación clara y sincera entre las dos personas es imprescindible. Si antes no la había, seguro que eso ha provocado la ruptura, o al menos la ha acelerado. Si en la segunda oportunidad queremos hacer las cosas bien para que duren más, hay que empezar bien desde la base.
- Reconciliarse significa darle otra oportunidad al amor, seguir queriendo a la otra persona e intentar que no se vuelva a dar otra ruptura. El amor es lo único que debe movernos hacia la reconciliación. Si lo hacemos por el miedo a estar solos, o simplemente por no pasar por problemas económicos, la situación acabará igual de mal.
- Entender que la reconciliación supone cambiar cosas que en el pasado se han hecho mal. Que se vuelva a estar juntos no significa
que se vaya a estar igual, de hecho, se procura mejorar en la relación, para evitar que se de una nueva ruptura.
- No querer acelerar las cosas ni dejarse llevar por los espejismos. Reconciliarse lleva su tiempo, y mejor hacerlo despacio y con buena letra, que querer reconciliarse al día siguiente de la ruptura. Eso simplemente deja claro la inestabilidad emocional de la pareja.